Receta de aceite vegetal enriquecido con cannabis

El aceite de oliva ha sido, desde tiempos antiguos, uno de los pilares de la gastronomía mediterránea. Su aroma, su textura y su versatilidad lo convierten en una auténtica joya líquida que da vida a platos sencillos o sofisticados por igual. Pero cuando este oro verde se encuentra con otra planta ancestral —el cannabis—, el resultado trasciende la cocina tradicional para adentrarse en el terreno de lo sensorial y lo consciente.

El aceite de oliva enriquecido con cannabis no es solo un ingrediente; es una invitación a explorar una nueva dimensión del sabor y del bienestar. Su uso permite incorporar los compuestos activos de la planta de forma controlada, aportando matices herbales y un efecto relajante que puede transformar cualquier receta, desde una simple tostada hasta una Space Pizza o un aliño para ensaladas.

En este artículo te explicaremos cómo preparar tu propio aceite de oliva cannábico paso a paso, respetando los tiempos, temperaturas y proporciones necesarias para obtener un resultado potente, aromático y equilibrado. Una base imprescindible para la cocina cannábica moderna, donde tradición y alquimia se dan la mano.

Aceite de oliva enriquecido con marihuana

En el caso que hoy nos ocupa, el aceite de oliva tendrá el mismo papel principal que la mantequilla: absorber los cannabinoides para poder cocinar después con esta materia grasa (ya sea aceite o mantequilla) enriquecida con cannabis.

De la misma forma que cuando preparamos mantequilla, rehidrataremos la materia vegetal en una cacerola grande con agua. Una vez que el agua haya hecho su función, rehidratar la marihuana, se procederá a verter el aceite de oliva para realizar la disolución de los cannabinoides. No recomendamos verter directamente el aceite con el cannabis dado que la materia seca y vegetal (los cogollos) quedará impregnada e hidratada en parte por un aceite que se hará posteriormente muy difícil de recuperar, por lo que acabará dándose a perder.

Como hacer mantequilla de marihuana

Una de las mejores maneras de consumir marihuana y aprovechar todo su potencial es mediante la elaboración de mantequilla de marihuana. Se debe prestar especial atención a la dosis dado que el efecto de la marihuana fumada o comida es muy diferente. Se debe empezar con dosis muy pequeñas y paulatinamente se van aumentando en función de las necesidades de cada persona.

Según el uso que hagamos y la potencia de la materia prima, las dosis son muy variables y muy personalizables en función de cada consumidor. En general, pondremos de 1 a 10 gramos de marihuana por cada 100 ml de aceite; por lo tanto, tendremos que consumirlo con moderación porque su concentración de cannabinoides será muy elevada. Sobre todo, una vez preparado, comienza por hacer una pequeña prueba con poca cantidad para hacerte una idea de la potencia de tu aceite.

Preparación del aceite de oliva con cannabis

Dejaremos hervir a fuego lento la mezcla de agua y hierba una o dos horas, lo que permitirá transformar la estructura molecular de los cannabinoides en un proceso llamado descarboxilación, y activar así su potencial psicoactivo. Después, bastará con filtrar la mezcla, exprimiendo con fuerza el material vegetal para recuperar todo el aceite.

Deja que la mezcla de agua con aceite se atempere a temperatura ambiente y a continuación métela en el refrigerador para que el aceite se endurezca y suba a la superficie durante el enfriamiento, lo que facilitará su posterior separación y recuperación.

Truco: Durante la preparación podemos añadir algunas gotas de vitamina E, disponible en forma pura o dentro del aceite de germen de trigo, por ejemplo. Gracias a su fuerte poder antioxidante, ayudará a mejorar la resistencia al calor del aceite de oliva, para mantener sus propiedades y evitar que la cocción o una larga conservación lo degraden.

Variante: aceite de oliva con hachís

El hachís, consumido generalmente en forma de dabs o cigarrillos, también es un ingrediente base en las recetas tradicionales como son el bhang lassi indio o el dawamesk, una mermelada cannábica compuesta de miel, polvo de pistachos, materia grasa y resina de marihuana, habitualmente ingerida por los famosos miembros del Club des Hashischins (1844-1849).

Usando hachís ganaremos tiempo durante la preparación puesto que bastará con calentar la mezcla de aceite-resina a 120/150°C entre 30 y 45 minutos al baño maría para evitar que se queme el aceite, permitiendo así la decarboxilación de los cannabinoides. De esta forma, estos compuestos estarán presentes en su forma psicoactiva no ácida (la cocción de la preparación culinaria podría también facilitar este proceso).

Podremos filtrar la mezcla para quitar del aceite los restos de resina e impurezas presentes en el hachís. Obviamente, esta preparación es únicamente posible con hachís proveniente de la autoproducción de marihuana; la resina del mercado negro está adulterada mezclada con sustancias indeseables, que no nos gustaría encontrar en nuestras preparaciones culinarias.

¡Que aproveche!